terça-feira, 16 de dezembro de 2014

CELEBRAÇÕES

Como é do conhecimento publico, o Grão-Priorado de Portugal assume o mês de Dezembro como o culminar do apoio social que desenvolve ao longo do ano. É essa a nossa responsabilidade social e este ano temos que agradecer a todos os que colaboraram nas nossas iniciativas, as quais duplicaram em relação ao ano anterior. É também neste mês, que celebramos no dia 17 de Dezembro o nosso Santo Protetor, este ano é celebrado nos seguintes locais:
 
Porto: Igreja da Irmandade de São Crispim São Crispiniano
Celebração: 18h
Reitor Carlos da Rocha Moreira
 
Oliveira de Azeméis: Igreja Matriz de Oliveira de Azeméis
Celebração:  19h30m
Padre Albino
 
Vila Nova de Milfontes: Capela do Colégio da Nossa Senhora da Graça
Celebração: 18h30m
Sua Excelência Reverendíssima o Bispo de Beja – Dom Vitalino Dantas
 
Este mês de Dezembro para todos nós Irmãos em Cristo, é um mês de profundo significado, reflitamos nestas nossas celebrações, relembremos as nossas responsabilidades sociais, e ouremos para que consigamos continuar com este nosso trabalho, ajudar a quem mais necessita.

quarta-feira, 10 de dezembro de 2014

MENSAGEM DO GRÃO-MESTRE - D. CARLOS DE BOURBON - MARQUÊS DE ALMAZÁN

"Queridos Hermanos,
 
La Fe es un regalo. La Fe es el mayor regalo que nos da Dios después de habernos dado la vida. El que tiene Fe no necesita ningún otro asidero. Porque con Fe no hay temor, no existe el miedo, no se produce en nosotros el vértigo que nos provoca la vorágine dentro de este mundo cambiante en el que nos hallamos sumergidos. El año que viene se celebran quinientos años del nacimiento de nuestra Santa española más internacional, Santa Teresa de Jesús. Famosa es su cita: "Nada te turbe, nada te espante todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta". Sin duda alguna, una oda a la Fe, al espíritu de eternidad que nos proporciona esa la fortaleza necesaria para poder seguir.
 
Pues bien, la Fe ha sido y sigue siendo perseguida y denostada. Todos nos habremos encontrado a alguien en nuestro camino que nos haya juzgado por ser cristianos, a alguien que nos haya querido convencer con un sinfín de argumentos de la no existencia de Dios, a alguien que utiliza las lacras que a veces se producen en el ejercicio del sacerdocio para tumbar nuestras creencias, a alguien que quizá un día tuvo Fe, pero que al día siguiente la perdió ante lo que humanamente consideró como una injusticia.
 
Como muchos sabréis, recientemente viaje a Roma y visité a nuestro Protector Espiritual durante el Sínodo de Obispos que se llevó a cabo el pasado mes de Octubre en El Vaticano. Tuve la ocasión de poder hablar con Su Beatitud mientras disfrutábamos de un tranquilo paseo por los jardines del Vaticano. A medida que avanzábamos por la senda que nos llevaba a contemplar la cúpula de San Pedro desde atrás, el Patriarca me trasladaba su enorme preocupación por la situación actual que atraviesan Siria y todo Oriente Medio. Su rostro demudado y sus palabras contrastaban con el silencio y la paz en el ambiente. De pronto, ante mí, ya no ví a Su Beatitud, si no que pude contemplar el rostro de la desesperación de un hombre que contempla con impotencia como masacran a un pueblo. No en vano y aunque muchos se empeñen en negarlo, estamos sumergidos en una de las mayores persecuciones que han sufrido los cristianos a lo largo de la historia. Nuestros hermanos mueren a cientos a causa de su Fe. Aquello por lo que muchos de nosotros somos juzgados de palabra en tantas ocasiones aquí, es por lo mismo por lo que otros mueren degollados en otros países. ¿No merece la pena, pues, enarbolar la Fe y llevarla bien alta?, ¿No merece la pena nuestra pequeña lucha diaria en defensa de la Fe cuándo otros han dejado sus vidas por el camino tratando de protegerla? Yo opino que sí. Recemos por todos nuestros hermanos perseguidos.

Hace algo más de dos mil años nació en Belén de Judea el Rey de la Paz. Irónicamente ahora es la zona zero del conflicto religioso por excelencia. Empieza el Adviento, empieza la época de estar atentos como cristianos, de observar, y de llevar la Paz allá donde vayamos. Nosotros, como Caballeros y Damas de esta Ilustre y Muy Noble Orden debemos llevar la Fe, y la Paz. Pues la primera no se extenderá como una plaga sin la segunda, y la segunda no será duradera sin la fortaleza que brinda la primera.
 
La Venida de Cristo nos llena de esperanza. Recibámosle con los brazos abiertos. Feliz Navidad a todos.
 
Atavis et Armis
 
O Grão-Mestre
D. Carlos de Bourbon – Marquês de Almazán"

sexta-feira, 5 de dezembro de 2014

MENSAGEM DE NATAL DO GRÃO-PRIOR ECLESIÁSTICO DA ORDEM

"Excelencia, Hermanos,
 
Nuestra historia no espera un futuro incierto que nos llena de inquietud, sino que espera la Venida de Cristo que nos llena de esperanza. Para esperar al Señor se necesita ser una persona activa y no ociosa, una persona santa y no viciosa, una persona dispuesta y no cerrada en su proprio egoísmo y autosuficiencia.
 
La nuestra no es tan solo una espera, sino también el recuerdo de uno que ya ha llegado en el misterio de la Navidad que nos preparamos a celebrar, y la certeza de la presencia de Cristo que camina con nosotros, a nuestro lado para decirnos que “nuestra redención está cerca” (Lc 21, 28).
 
La venida de Cristo es una venida inminente que requiere nuestra vigilancia continua y alegre.
 
Es tiempo de alzarse sobre la pereza del egocentrismo y de esperar no una novedad fruto de la fantasía, sino a alguien que es nuevo: Jesús Cristo, esperanza del mundo. Si el Señor viene nosotros estamos llamados a salir a su encuentro. El Adviento es un tiempo litúrgico muy propicio para despertar en nosotros los cristianos la conciencia de la responsabilidad misionera.
 
Ante la certeza de tener que comparecer frente al Señor, que nos juzgará en el amor, no podemos vivir una vida frenética y banal, hecha de disipaciones que nos distraen, y de evasiones que nos alienan, de acciones estériles y de discusiones inútiles. Estamos llamados a superar la tibieza, el compromiso, la indecisión.
 
Existe una justicia que encontrar, enfermos a los que curar, pobres que socorrer. Estamos llamados a dejar nuestro mundo mejor que como lo hemos encontrado.
 
En este Adviento estamos llamados a estar unidos con la oración a nuestros hermanos y hermanas en la fe que en las regiones musulmanas de Irak, de Siria, de Indonesia, de África, están discriminados, a los que se les prohíbe rezar, son perseguidos, ejecutados, obligados a huir o a una vida de terror con iglesias quemadas, pueblos destruidos, privados de los derechos humanos, despojados de sus bienes, y todo con la indiferencia de los gobiernos y de las autoridades civiles de nuestra Europa.
 
Que el Señor que viene hoy y el Hijo del Hombre que volverá al final de los tiempos nos ayude a mirar todas las cosas desde su fin último, y nos dé la fuerza para estar vigilantes en la espera y asiduos en la oración, trabajadores en la caridad, a estar listos todos los días para convertirse y a ser testigos de la Buena Noticia del amor de Dios hacia todos.
 
Grão-Prior Eclesiástico da Ordem
Monsenhor Michele Pennisi – Arcebispo de Monreale"

quinta-feira, 4 de dezembro de 2014