BEJA - 2015 - COMENDADORIA DO ALENTEJO E ALGARVE

Nos passados dias 10 e 11 de Abril, realizou-se na rustica Pousada de Beja, antigo Convento de São Francisco, mais uma Solene Investidura de novos Cavaleiros e Damas do Grão-Priorado de Portugal, da Ordem Militar e Hospitalar de São Lázaro de Jerusalém sob o governo de Sua Exa. o Grão-Mestre D. Carlos de Bourbon – Marquês de Almazán.

 Postulante Óscar Caeiro Pinto acompanhado pelo Prof. Dr. Manuel Curado, ao fundo o Prof. Dr. José Manuel Ferreira Coelho e o Dr. Fernando Águas 

 

Esta cerimónia, que investiu doze Cavaleiros e Damas e dois Capelães, contou também com a fundação da Comendadoria do Alentejo e Algarve, a qual exercerá as suas atividades sob a supervisão de Sua Exa. o Comendador Arq. Luís Soveral Varella – Barão de Arêde.

 Prof. Dra. Ana do Carmo Almeida do Amaral Curado

 

Recebendo membros de todas as regiões do país durante todo o dia 10 de Abril, foi somente a partir das 21h que os Cavaleiros e Damas se juntaram aos novos Postulantes para dar inicio à Velada de Armas que teve uma duração de duas horas e meia.

 

A Cruz abriu o cortejo revivendo outros tempos em que a Pousada de Beja era o antigo Convento de São Francisco. Por entre os claustros entoavam os cânticos gregorianos, e a solenidade do momento despertava o espirito dos novos Postulantes. Em cortejo entraram lentamente para a Capela.

Capelães do Grão-Priorado de Portugal - os Padres Paulo Jorge Condeça do Carmo e António Manuel Bernardo Martins

 

Por entre orações, momentos de reflecção e reconhecimento da responsabilidade que iriam assumir no dia seguinte, fortificou-se no espirito de cada Postulante que ser Cavaleiro ou Dama desta Ordem significa caminhar para uma ação diária de apoio para com os mais necessitados e estando sempre disponível para participar nas dezenas de ações humanitárias que o Grão-Priorado de Portugal realiza ao longo do ano.

O Prior do Grão-Priorado de Portugal Dom José de Lancastre e Távora - Marquês de Abrantes e o Comendador da Comendadoria do Algarve e Alentejo o Arq. Luís Soveral Varella - Barão de Arêde

 

No dia seguinte, pelas 9h da manhã, já se reuniam na entrada da Capela todos os Cavaleiros, Damas e Postulantes da nossa Ordem, que recriando o cortejo do dia anterior, participaram na celebração religiosa dirigida pelos Padres António Manuel Bernardo Martins e Paulo Jorge Condeça do Carmo, nossos Capelães.

Dr. Alexandre Drago Madeira - Presidente da Real Associação do Algarve

 

O coro que acompanhou a cerimónia religiosa, veio engrandecer a espiritualidade do momento, ao qual queremos deixar o nosso mais profundo agradecimento.

 Dom Bernardo de Bourbon de Sousa Coutinho 

 

Terminada a cerimónia pelas 12h, seguiu-se um almoço de confraternização, onde se desejou o maior sucesso para a nova Comendadoria do Alentejo e Algarve sob o Governo de Sua Exa. o Comendador Arq. Luís Soveral Varella – Barão de Arêde e se entregou o Diploma de Membro de Honra a Sua Exa. Dom Agostinho de Sousa Coutinho – Marquês do Funchal.

GRÃ-CRUZ DE MÉRITO – ATRIBUIDA AO MARQUÊS DE LA FLORESTA E VISCONDE DE AYALA

Sua Exa. o Marquês de La Floresta e o nosso Grão-Mestre - Marquês de Almazán 

Decorreu na sede do Grão-Priorado de Espanha em Madrid, a entrega por parte do nosso Grão-Mestre D. Carlos de Bourbon – Marquês de Almazán, o diploma e insígnias da Grã-Cruz de Mérito da nossa Ordem Militar e Hospitalar de São Lázaro de Jerusalém ao Exmo. Sr. Marquês de La Floresta e Visconde de Ayala – Dr. D. Alfonso Ceballos-Escalera y Gila, Rei de Armas de Castela e Leão.

Sua Exa. o Marquês de La Floresta, o nosso Grão-Mestre - Marquês de Almazán, Grão-Prior de Espanha o Marquês de La Lapilla e o Rei de Armas do Grão-Priorado de Espanha o Visconde de Portadei

 

O nosso Grão-Mestre dirigiu algumas emotivas palavras ao agraciado e a todos os presentes, salientando o elevado valor que Sua Exa. o Marquês de La Floresta possui pelo apoio constante perante a nossa Ordem ao longo de vários anos, através da publicação de vários estudos, conferências e trabalhos de investigação.

Grã-Cruz de Mérito da Ordem Militar e Hospitalar de São Lázaro de Jerusalém

 

Salienta-se a presença nesta cerimónia oficial a presença do Grão-Prior de Espanha, o  Exmo. Sr. D. Juan Pedro de Soto Martorell – Marquês de La Lapilla, o Rei de Armas do Grão-Priorado de Espanha, o Exmo. Sr. Dr. D. José Maria Monstells – Visconde de Portadei, etc.

VOTOS DE UMA SANTA PÁSCOA

PÁSCOA - MENSAGEM DO GRÃO-PRIOR ECLESIÁSTICO DA ORDEM

“El Señor ha resucitado de entre los muertos”. El mensaje de Pascua resuena en la Iglesia y en el mundo desde hace veinte siglos y llega hasta nosotros, hombres dudosos a pesar de que nos profesamos creyentes, decepcionados y angustiados del miedo a la muerte en una época que busca crear la vida en un laboratorio, prolongar la vejez, pero también anticipar la muerte natural.

 

San Pablo afirma “si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es vana” (1Cor 15,17). Refiriéndose a este texto el filósofo Ludwig  Wittgenstein afirma: “Si no resucitó, se pudrió en el sepulcro como cualquier hombre. Está muerto y podrido. Es, pues, un maestro como cualquier otro y ya no puede ayudar; estamos de nuevo desterrados y solos. Y debemos conformarnos con la sabiduría y la especulación. Estamos como en un infierno, donde sólo podemos soñar, separados del cielo por una cubierta. Pero si realmente debo ser redimido, necesito certeza —y no sabiduría, sueños, especulación— y esta certeza es la fe. Quizá pueda decirse: sólo el amor puede creer en la resurrección; persevera en creer en ella”.

 

“La Pascua  - ha dicho el Patriarca de Moscú Kirill-  no es una bella leyenda, no es una teología teórica y no es un tributo a la tradición popular establecida en el pasado lejano. Es la esencia y el nucleo del cristianismo. Es la victoria que nos concede Dios”.

 

A partir de la resurrección de Jesucristo tenemos la certeza de que Él no es contemporáneo nuestro en un sentido metafórico, para indicar su presencia en nuestra memoria o para motivar nuestro empeño  para seguir su ejemplo, como con cualquier otro personaje histórico, sino en un sentido propio y real.

 

El filósofo danés Soren  Kierkegaard escribía: "La única relación ética que se puede tener con Cristo es la contemporaneidad. Relacionarse con un difunto, es mantener una relación estática: su vida ha perdido el aguijón, no juzga nuestra vida, no me obliga a juzgarme a mí mismo, me permite admirarlo y me deja también vivir en otras categorías: no me obliga a juzgar el sentido definitivo”.

 

Nosotros no somos admiradores de un difunto famoso, sino discípulos de un Viviente, que está realizando el Reino de Dios como un reino de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz en la tierra como en el cielo.

 

Nosotros, que en Pascua lo celebramos como nuestro contemporáneo, estamos encargados de trabajar con Él en su proyecto y de luchar por la venida del Reino de Dios en la época presente.

 

Y la presencia de Cristo resucitado en la Iglesia a través de su Espíritu hoy en día, no su realidad que puede exigir mi fe. Para el que cree en Él, relegar a Jesús en el pasado es imposible, porque significaría cortar el enlace que une nuestra existencia a la suya.

 

La resurrección de Jesús es la fuente de la cual podemos extraer el amor misericordioso de Dios, que es más fuerte que el mal y que la misma muerte y puede transformar nuestra vida, hacer florecer cualquier zona de desierto que se encuentre en nuestro corazón y en nuestra sociedad.

 

El obispo anglicano Nicholas  Thomas Wright ha escrito:  “La resurrección y el perdón son, después de todo, dos lados de la misma medalla; si se cree en una, es necesario creer en la otra […] en el Evangelio descubrimos lo que significa conocer a Jesús resucitado como nuestro contemporáneo, el que enjuga nuestras lágrimas, el que responde a nuestras preguntas difíciles, pero que sobre todo nos invita a que vayamos con humildad y amor, el amor a través del cual el poder de su vida resucitada, su ser de pastor de su rebaño, pueda llegar a trabajar de nuevo en nuestro tiempo”.

 

Hago mía la invitación que el Papa Francisco en su último mensaje de Pascua dirigió a todos: “¡Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo! Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que la potencia de su amor transforme también nuestra vida y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz”.

 

El testimonio de una vida transformada por el encuentro con Jesús es la base a partir de la cual podamos cumplir la misión de anunciar la alegría del Evangelio que Cristo resucitado, nuestro contemporáneo, nos dirige a los cristianos en este tercer milenio.

 

Si la resurrección de Jesucristo es un cuento para niños, nosotros los cristianos, somos unos impostores, pero si se trata de un hecho real a la vez que misterioso entonces tiene sentido intercambiar felicitaciones de Feliz Pascua.

 

X Michele Pennisi

Arzobispo de Monreale

Gran Prior Eclesiástico de la Sagrada Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro